Mompiche y su historia
Época Prehispánica
A pesar de la abundante presencia de vestigios arqueológicos en la zona de Mompiche y sus alrededores, el conocimiento sobre los asentamientos prehispánicos en este sector continúa siendo limitado, lo que plantea la necesidad de una exploración arqueológica más rigurosa. Algunos investigadores plantean que esta región pudo haber sido un punto de confluencia entre las culturas Jama-Coaque y Atacames. Por su configuración geográfica, que permite a embarcaciones abrigarse en sus ensenadas, se considera muy probable que existiera un pequeño centro de intercambio comercial marítimo. Si bien no hay certeza sobre la presencia directa de la cultura Tolita en la zona, las condiciones naturales y las rutas de navegación sugieren que esta región pudo haber estado integrada en redes más amplias de intercambio prehispánico.


Palenque de la Libertad
Alonso de Illescas (reconocido por el Congreso Nacional del Ecuador en 1997) que junto a otros 22 negros llegaron a las costas de lo que ahora es el recinto de Portete y Bolívar, pertenecientes al cantón Muisne, de la provincia de Esmeraldas. Fue mediante un naufragio en 1553 y bajo el liderazgo de Antón y Alonso, que lograron vivir en libertad y apoderarse de un amplio territorio. Este territorio fue un reino inconquistable para los españoles tanto por la fortaleza que habían construido denominada Palenque, como por los acuerdos y alianzas con los indígenas locales.
Cada año se realiza una conmemoración denominada ROMERÍA DE RETORNO AL PALENQUE DE LIBERTAD, generalmente se la organiza en el mes de noviembre. Empieza con el recibimiento en el recinto Bolívar, de las distintas delegaciones, en la noche se comparte el tradicional “tapao de pescado” junto al denominado “Fogón de los Abuelos”. Al día siguiente se realiza la romería hasta la playa de Portete, donde se lleva a cabo una ceremonia ancestral, diferentes actos culturales y se comparte la historia mediante la oralidad.
La primera referencia cartográfica de Mompiche aparece en la carta geográfica de la provincia de Esmeraldas elaborada en 1879 por el geólogo, botánico y explorador alemán Teodoro Wolf. En dicho documento, Mompiche figura como una parroquia perteneciente a la provincia de Manabí, aunque por su ubicación geográfica resulta evidente que debía adscribirse a Esmeraldas, a la cual pertenece actualmente, pero como un recinto. Wolf también destaca la relevancia de su ensenada, capaz de ofrecer condiciones favorables para el fondeo de embarcaciones. Menciona también que, en aquella época, Mompiche no era aún un poblado definido, contando con la presencia de apenas dos o tres casas.
El origen del nombre Mompiche permanece incierto. Se han propuesto teorías que lo vinculan a raíces toponímicas provenientes de lenguas indígenas como el tsafiqui o el cha’palaa, del pueblo Chachi; otras especulaciones sugieren influencias de navegantes que alguna vez recorrieron sus costas, o incluso conexiones fonéticas con elementos naturales de la zona, como el árbol de pechiche. Sea cual sea su procedencia, el nombre Mompiche posee una sonoridad única, tan atractiva como el lugar que nombra —misterioso, cautivador y profundamente evocador.
Entrando a la Época Republicana





Haciendas, Pesca y Comercio
Quienes impulsaron el cultivo de estas tierras fueron don Luis Intriago y su esposa Martina Patiño, junto a sus hijos, arribando desde la provincia de Manabí hacia el año 1940, con el sueño de trabajar en tierras propias. Al llegar, encontraron unas seis familias viviendo en la localidad, además de un extenso palmar de cocos bordeando la playa y la finca que habían comprado también tenía ganado y caucho (Ficus elastica). Estos cultivos, en especial el caucho que gozaba de excelente precio en aquel entonces, les permitió saldar rápidamente el costo de la tierra adquirida. Gracias a ello, lograron expandirse e implementar la actividad ganadera, la cual fue dirigida con dedicación por sus hijos Maximino y Ángel.
Con el avance de la hacienda y la llegada de la familia Zambrano, también terratenientes; surgieron nuevas fuentes de trabajo. También se comenta la llegada de personas que buscaban alejarse de capítulos difíciles de su pasado. Así, el sitio fue tomando la forma de un poblado. Como en muchos entornos rurales de la época, las decisiones comunitarias solían alinearse con la visión de quienes ejercían mayor influencia sobre la tierra, definiendo discretamente la estructura social del lugar.
Antes que la actividad agropecuaria, muchos residentes, con sus bongos, se dedicaban al arte de la pesca. El alimento nunca ha faltado: la caza (hoy prohibida) y la recolección de moluscos, conchas del manglar y cangrejos permitían vivir sin mayores preocupaciones por el sustento diario. Con la llegada del auge camaronero, muchos comenzaron a dedicarse a la captura de larva de camarón, que rápidamente se volvió común debido al buen precio que ofrecían las camaroneras, transformando así parte de la economía local.


Surf y Turismo
El surf llegó a Mompiche a finales de la década de 1980, marcando el inicio de una nueva cultura costera. Morongo, reconocido surfista local, recuerda haber conocido su primera tabla a los 9 años, gracias a Milton Bucheli, joven miembro de una familia de terratenientes que vivía en la isla Portete. Fue Milton quien lo introdujo en este deporte y estilo de vida. Junto a otros muchachos de la zona, solían acompañarlo a surfear las olas de La Punta de Mompiche y otras rompientes cercanas.
Durante los años 90, Mompiche comenzó a atraer surfistas de otras latitudes, quienes llegaban en botes, veleros e incluso avioneta, la mayoría con alto poder adquisitivo, atraídos por las olas perfectas y el encanto virgen del lugar. Esta afluencia dio paso al surgimiento de comedores y hospedajes modestos, creados para recibir a quienes se aventuraban en este paraíso escondido.
A finales de los años 90 y comienzos del siglo XXI, el acceso a Mompiche comenzó a hacerse con vehículos todo terreno, aunque muchos aún preferían llegar en lancha desde la Isla de Muisne o incluso caminando por la playa. Con el tiempo, la oferta de hospedajes fue creciendo de manera paulatina, impulsada tanto por la iniciativa de los habitantes locales como por personas provenientes de otras regiones, atraídas por la posibilidad de emprender en un entorno tranquilo, lejos del bullicio urbano.
Para el año 2010, empieza a operar el resort Royal Decameron, ubicado a tan solo 5 minutos del poblado de Mompiche. Esta gran inversión vino acompañada de la construcción una carretera asfaltada. Para algunos, un símbolo de progreso; para otros, marcó el inicio de un crecimiento acelerado y desordenado, sin una planificación adecuada ni inversión social que beneficiara directamente a la comunidad local. Lo cierto es que, en el transcurso de una década, cierto sector hotelero, junto a lideres comunitarios, club de surf y otros personajes e instituciones que se han ido sumando, se ha logrado hacer pequeños cambios con impactos positivos que reconfiguran el destino de Mompiche hacia un modelo de desarrollo más inclusivo, sostenible y respetuoso con su entorno natural y cultural.